Liliana ha mandado preparar estupendos artefactos que utiliza para esclavizar torturar mientras se divierte. El último que se ha instalado supera todo mobiliario que cualquier esclavo desearía tener en su propio domicilio. Con un sistema único en Madrid de trepidante suspensión (y al la vez seguro). Los sumisos vuelan y flipan por el aire mientras giran entre las gloriosas sacudidas que reparte la Ama.